miércoles, 31 de octubre de 2012

Revolución silenciosa


Como en tantos ámbitos, sólo podemos mejorar aquello que se puede medir. Ante todo necesitamos puntos de partida, números que indiquen dónde iniciamos y cómo vamos. Desde esas referencias podemos conocer avances o retrocesos. Pero estamos más acostumbrados a la fácil opinión, que a la argumentación. Desde ahí solemos juzgar todo sin referir siquiera un punto medible. En el mundo de la opinión que tanto detestaba Platón, todo puede estar bien o mal, sólo basta que lo digamos. Por eso es tan sencillo encontrar un director técnico en cada aficionado al fútbol. Cada uno tiene la fórmula, cada aficionado sabe lo que el técnico ignora.
Aplicado al gobierno, cada vez más encontramos en el país grupos comprometidos con evaluar a los gobiernos y en consecuencia, llamarlos a cuentas. Al mismo tiempo, cada vez más los ciudadanos tienen herramientas para medir a sus gobiernos. En ese sentido ya no basta con opinar, criticar así sin más o decir que “todo esta mal”. Empecemos por fijar pesos y centavos, porcentajes y números decimales. Por eso conviene revisar el nuevo Índice de Información Presupuestal Estatal 2012, que acaba de publicar esta semana el IMCO.
El estudio evidencia mejoras y buenas prácticas presupuestales en los gobiernos estatales, pero también exhibe a los estados que manejan mal el dinero de los contribuyentes. Colima, Puebla, Campeche, Jalisco y Guerrero son las entidades más destacadas en transparencia presupuestal. Las peores prácticas se dan en Tabasco, Tamaulipas, Sonora, Chiapas y Querétaro. Coahuila, de acuerdo con el IMCO, anda por las mismas…
El 78% de los recursos que ejercen los estados proviene de la federación, y sólo un raquítico 9.6% se generó en los mismos estados. ¿No les parece que es hora de un debate a fondo sobre las finanzas públicas y la recaudación estatal? Para los estados del país, vivir en esa relación es el mejor de los mundos posibles por dos razones. Gastan lo que no se esfuerzan en recaudar y además lo hacen sin rendir cuentas a la federación. ¡Mejor imposible! Por fortuna, y esto es una buena noticia, la Ley de Contabilidad General está construyendo una revolución silenciosa en los estados y municipios, a fin de homologar finanzas, fortalecer la transparencia y generar controles más efectivos. Todavía no vemos el impacto de esa reforma en las finanzas públicas, pero sin duda será tan relevante hacia adentro del gobierno, como lo fue hacia fuera la Ley federal de transparencia.
En la bacanal de las deudas estatales, de acuerdo con los datos del IMCO, por cada 100 pesos de deuda contratada, el 81% se garantiza con participaciones federales, y 16% con ingresos propios de los estados. Otra vez en Coahuila las participaciones están anuladas por la deuda. Por eso, a falta de dinero, ahora se insiste en promover muchas leyes en el Congreso.
La primera edición del índice de información presupuestal se realizó en 2008 y se acaba de actualizar este año, pero sin duda para la próxima edición podremos valorar el impacto de la Ley de Contabilidad General, así cómo los indicadores que nos permiten evaluar puntualmente a nuestros gobiernos.
19 de octubre 2012