jueves, 30 de diciembre de 2010

Videla sí, y ¿Echeverría?


A sus 85 años, Jorge Rafael Videla fue condenado por la justicia argentica a cadena perpetua. Trás cometer crímenes de lesa humanidad entre 1976 y 1983, el otrora dictador argentino, no quedó impune como su par mexicano: Luis Echeverría. 
Ni antes de la alternancia, ni después, la justicia es o fue el sello del Estado mexicano. Por el contrario, es la impunidad institucionalizada la lógica que rige el orden del desorden. 
 
 

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Ciudad Juárez


Por acá el blog premiado de Judith Torrea, una crónica de primera mano sobre la ciudad fallida por excelencia: Juárez.
Durante 2010, Ciudad Juárez, registró más de 3, 000 asesinatos. Cifra que superó claramente a los ocurridos en Bogotá.

Historias de encuestadores...


...frente al crimen y la inseguridad.

Por acá una crónica publicada en Reforma sobre las peripecias y dificultades que enfrentan los encuestadores en las calles del país. Si bien el texto se centra en los encuestadores del INEGI, la nota aplica a todos aquellos que realizan encuestas en tantas ciudades del país.

La cultura en las encuestas




La época exige cambiar de tema, hablar de otras cosas. Y no es para menos, así que desde esta columna mandamos un abrazo a los lectores y les deseamos una feliz Navidad. Para este artículo y el próximo comentaré los resultados la “Encuesta nacional de hábitos, prácticas y consumo culturales, 2010”. El estudio fue impulsado y patrocinado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA). Se trata del segundo en su género, aunque hay que decir, que la magnitud y extensión del mismo, superó con mucho aquella encuesta realizada en el 2005.

Por la amplitud del estudio de opinión, más 32 mil entrevistas en el país, se hace necesario escribir en un primer momento, sobre los resultados nacionales, lo que de alguna manera muestra la tendencia general que tenemos los mexicanos hacia la cultura. En un segundo texto abordaré los resultados para Coahuila, y lo que acá sucede en relación a la cultura. Pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de cultura? ¿Cuál es la utilidad de medir las prácticas culturales entre los mexicanos?


Hago dos aclaraciones. La primera: la investigación partió de un concepto delimitado de cultura, no se refiere entonces, a la acepción antropológica de la cultura, sino a la manifestaciones artísticas y sus prácticas como la pintura, la danza, la música, la literatura, el teatro y el cine.
Segunda aclaración: la técnica del estudio se basó en una enorme encuesta distribuida proporcionalmente en todo el país. Entiendo que algunos tienen prejuicios con respecto a los estudios de opinión, otros los descalifican a priori, y algunos más los subestiman con el cliché de que son la “fotografía del momento”. Sin embargo, en el desempeño de una actividad, sólo puede ser mejorado, aquello que puede ser medido. En este sentido, la encuesta proporciona parámetros claros y actualizados sobre la relación que tenemos los mexicanos con el libro y la lectura, los museos o el arte.


Por ejemplo, en el último año, sólo 7 por ciento de los mexicanos declararon haber comprado al menos un libro. En contraste, la gran mayoría, 79 por ciento, no ha comprado ninguno durante el año. Por lo tanto, estaría bien pensar en un libro como objeto de regalo. Las razones principales por las cuales los mexicanos no han comprado un libro, es por falta de dinero y tiempo para leer (un 43 por ciento). En cuanto a la lectura, independientemente de las compras, sólo 27 por ciento declaró haber leído algún libro durante el año. Comparado con los españoles, el 59 por ciento leyó algún libro. En Francia la cifra sumó 71% y en el Reino Unido llegó hasta el 82 por ciento. Es decir, a diferencia de México, en esos tres países, la lectura es un hábito.



Fuente: Encuesta de cultura, Conaculta, 2010



Si pensamos en una lectura cotidiana como la del periódico, los resultados no dicen que sólo una minoría consume periódicos. Menos del 10 por ciento lee diariamente la prensa. En cambio, un 38 por ciento ni siquiera lo hace ocasionalmente. De esa minoría de mexicanos que sí leen periódicos, un 67 por ciento los compra, y una minoría de minorías, el 2 por ciento, los lee en Internet. 43 por ciento lee noticias sobre el país y su localidad. ¡Cuán lejos estamos de ideal ilustrado!


Pero si menos de la tercera parte de la población consume lecturas, entonces, ¿qué es lo que leemos los mexicanos? 60 por ciento consume revistas de espectáculos, deportes, salud y belleza. Por lo mismo, ahora vemos a un cúmulo de políticos preocupados por salir en las portadas de revistas del corazón.

Fuente: Encuesta de cultura, Conaculta, 2010


En otro ámbito, se ha afirmado que una manera de combatir la violencia es a través de la promoción de la cultura. Sin embargo, tras conocer los números detrás de nuestras costumbres, todavía estamos muy lejos de integrar a los centros culturales a una supuesta estrategia contra la violencia. No obstante de los esfuerzos discursivos que encontramos en los gobiernos. En el último año, 87% (cifra altísima), no ha asistido alguna actividad en los centros culturales, ya sea una exposición de pintura, un concierto de música o la presentación de un libro. Quienes sí fueron al menos una vez en el último año, registró un raquítico 8 por ciento.

Algo similar sucede con el consumo de teatro. Ya no digamos los monumentos históricos, donde 81 por ciento en el último año, no ha visitado ningún monumento histórico. 59 por ciento tampoco asistió a algún museo, pero quienes sí lo hicieron, fue un 26 por ciento de los mexicanos. En relación a otros países, un 77 por ciento los franceses fue a un museo. 44 por ciento en el caso de los ingleses y 31 por ciento entre los españoles. Si bien es pequeño el público mexicano que acude a los museos, los que lo hacen los califican altamente con 8.85 (en una escala del 1 al 10). Por lo tanto, estamos hablando de espacios públicos con un enorme potencial de confianza y aprobación, algo de lo que suelen carecer muchas de las instituciones públicas. En consecuencia, estaría muy bien empezar por ahí. Ojalá los gobiernos tengan mayor atención a los centros culturales, museos y otros espacios relacionados.


Me quedo sin comentar los resultados con respecto al arte, la música y la danza. Prometo hacerlo en el blog si me tienen paciencia. Por lo pronto, la semana que entra estaremos hablando sobre Coahuila. Un abrazo.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Eduardo Olmos, primer informe




Se cumplió el primer año del gobierno de Eduardo Olmos al frente del Ayuntamiento de Torreón.  Desde su llegada, las expectativas fueron altas, como lo fue la votación que lo refrendó en el poder. Atrás quedó el empuje notable con el que arrancó la administración apoyado por el gobierno del Estado. Más que velocidad, se pedía constancia. ¿La hubo? ¿Cuál fue el resultado? En el informe realizado el lunes pasado, el alcalde Olmos ofreció datos, cifras y una síntesis de las principales acciones del gobierno. Una frase buscó sintetizar la gestión: “Torreón trabaja”. 
El informe fue una mezcla de acciones realizadas y acciones por realizar. Se habló de obras en curso desde la administración pasada, obras presentes de la actual administración y obras que todavía no se realizan. Para fines de brevedad, me concentraré en cuatro logros:
1) La seguridad. En general se puede destacar la necesaria y difícil depuración de la policía municipal, ahora en vías de unificación con el Estado. 2) El agua. Otro aspecto relevante fue la decisión de retomar el tema del agua y los problemas asociados al arsénico, tradicionalmente marginados por los gobiernos. En ese punto, el alcalde reconoció que la inversión millonaria destinada a los siete filtros no es la solución, sino una parte de un problema más amplio y complejo. 3) Finanzas municipales. Me pareció oportuno el interés del tesorero Pablo Chávez por mejorar los canales fiscales del municipio. Logró recaudar 31 millones de pesos más por impuesto predial, aunado a los programas de estímulos para multas, recargos y gastos de ejecución, así como la depuración del padrón de anuncios. En contraparte, su trabajo se vio ofuscado por los sobrecostos y las pobres explicaciones en la compra de terrenos para la Gran Plaza. Como dice el dicho: no sólo hay que ser decente, sino parecerlo.
4) El trabajo de difusión cultural logró sacar buen provecho de las conmemoraciones del Bicentenario/Centenario. Además, fue memorable la inauguración de la Cátedra Enriqueta Ochoa a cargo de Fernando Vallejo.  
En nuestra tradición, los aciertos del equipo suelen trasladarse al líder, y por lo mismo, los yerros de los colaboradores también. En este punto se notó la falta de pericia administrativa por parte de algunos colaboradores del alcalde. En mi opinión el presidente Olmos tardó en hacer los cambios y ajustar el equipo. Eso sí, los cambios serán una vez cobrado el aguinaldo. Pero si los cambios anunciados no se notan razonablemente en los primeros tres meses, estaremos ante un movimiento inútil.
Al informe y su amplio anexo documental, le faltó estadística comparada, y no sólo la complacencia de anunciar logros. Estoy de acuerdo: hay que mostrar y presumir los logros, pero también hay que demostrarlos. No basta con decir que vamos bien, mucho menos echarle la culpa al pasado, discurso que difícilmente podrá tener rentabilidad el siguiente año.
Por eso, en materia de seguridad pública no se habló de lo que espera la mayoría de la gente: la baja sensible de los delitos del fuero común. Paradójicamente fue un año de depuración policiaca e inversión, pero también fue un año donde se incrementó la incidencia delictiva (como lo tiene documentado la Fiscalía del Estado).
En tal sentido, con la excepción de los indicadores bien establecidos para las finanzas públicas, hay una ausencia significativa de indicadores de gestión y evaluación para los servicios públicos, por no hablar de otras áreas de gobierno. Una administración que se precie de eficiente, “donde todos tengamos acceso a servicios públicos de calidad”, requiere necesariamente de medición y evaluación: Dónde estamos, cómo estamos, cómo avanzamos. El asunto de la evaluación no es un tema académico, sino una obligación para hacer un gobierno de calidad, un gobierno eficiente.
Por eso habrá que tomarle la palabra al alcalde cuando se habló de la apertura ante las críticas, sobre todo, en un tema que durante el primer semestre fue un talón de Aquiles: la transparencia
Para Eduardo Olmos el siguiente año, además de la operación de programas populares como el apoyo para el transporte o la “eliminación” del cobro de la basura, (acciones que sin duda, levantarán la aprobación del alcalde en las encuestas de opinión), puede ser el año para formar espacios de calidad en su gobierno. El año que entra puede brillar la administración con buenas prácticas de gobierno. Ahí están los magníficos referentes municipales del CIDE o las diferentes mediciones nacionales en materia de transparencia, competitividad, desarrollo humano. “Los retos siguen en pie”, porque más que velocidad, los ciudadanos deseamos calidad y un equipo que muestre lo que no logró el primer año: constancia, consistencia.  

Mapa de homicidos


 Se ha hecho un lugar común comparar México con Colombia. Entre las diferencia, además del fortalecimiento del sistema de justicia en Colombia, está en puntualidad de los indicadores. Retomo el mapa de homicidios generado por El Tiempo.

Mapa del crimen (UNODC)


Por acá, con numerosas referencias a México,  el Reporte mundial de la ONU, sobre el crimen organizado.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Don Alejo e Isabel

Sin duda las personas del año en México son Don Alejo Garza Tamez e Isabel Miranda de Wallace. Ambos ciudadanos representan un punto en común: la incapacidad, la ausencia del Estado para brindar seguridad, para preservar la vida de sus ciudadanos.

Don Alejo no dudó en jugar su vida para defender su patrimonio, al final, como dice el corrido, murió matando. Tomó las armas en defensa propia. Por el contrario, el caso de Isabel Miranda, también es heroico por la valentía y fuerza para dar con los secuestradores y asesinos de su hijo, incluso confrontándolos cara a cara, lo cual podría haber terminado en justicia por la propia mano.
Miranda de Wallace no accedió a ese seductor canto, sino que decidió ir por la vía civil para procurar justicia. Su camino llevó a la captura de los delincuentes, pero también a la gestión para aprobar una Ley del secuestro.

Los caminos de Don Alejo e Isabel resultan asombrosos, heroicos. Desde la individualidad, son los extremos de la sociedad, la minoría. Indican la urgencia de un cambio, algo que colectivamente no hemos logrado empujar. Quizá cuando las cosas se deterioren aún más, entonces sí, los diversos grupos de la sociedad civil, incluyendo esa pequeña minoría de la política, se decidan a ir a la raíz, en vez de andar por las ramas.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Brechas en la educación


Buena noticia sin duda, aquella que dio la Cámara de Diputados esta semana al aprobar una reforma en materia educativa, la cual obligará a los jóvenes a cursar estudios de nivel preparatoria. Así, el impacto de esta política lo estaríamos conociendo en el largo plazo, tal vez en una generación durante los próximos quince años. Sin embargo, para que el avance legislativo logre relevancia, tendrá que ir acompañado de una mejora sustancial en la calidad de la educación pública, y esa es la parte donde se dispersan los esfuerzos por hacer de la educación un motor para el desarrollo. Por eso, ya no estoy seguro de la reacción causada, ante una noticia difundida en la semana, sobre un narco que cobra, o más bien, aparece en las listas de la SEP. Ya también dudo, si es que la duda era un beneficio, sobre la eficiencia de nuestros servicios de “inteligencia”, máxime cuando nos enteramos de casos como el de la “Tuta”, o de otros en Procampo.

Pero más allá del inagotable asombro que ocasiona nuestro país, en realidad está la tolerancia siempre regresiva de la corrupción magisterial en el país. Porque si no sorprende que narcos fueran maestros, mucho menos sorprende que existan miles de profesores que cobran en uno y otro lado, sin dar clases. Hace algunas semanas se publicó un estudio conocido como “Brechas. Estado de la educación en México 2010”, promovido y realizado por la asociación civil, Mexicanos Primero. El estudio muestra el estado crítico de la educación y señala de forma dolorosa: “La educación en México no transforma a la sociedad; reproduce la desigualdad que existe”. En principio se podría pensar que es un asunto de dinero, pero paradójicamente el gobierno asigna tanto o más como los países de OCDE. Tan sólo para el año que entra, designarán 230 mil millones de pesos para la educación. Se trata de uno de los presupuestos más grandes que destina el gobierno federal, sólo superado por Pemex, IMSS, y la Comisión Federal de Electricidad.

En el presente año 2010, el gobierno federal autorizó 921 mil 357 plazas. Cuando Mexicanos Primero analizó las cuentas, las cifras no cuadraron. En el estudio se encontró que en los gobierno estatales, se pagaron en promedio más de 1 millón 900 mil 514 plazas de maestros durante el primer trimestre del año, lo cual representó más del doble de las plazas autorizadas.
Tras rastrear y comparar un posible censo de maestros en el país, se concluyó la poca confiabilidad de la información oficial proporcionada por los estados, e incluso, hubo entidades como Michoacán, donde no fue posible obtener algunas cifras.
Fuente: Brechas, Mexicanos Primero

Bajo tal oscuridad, en 2008 se detectaron 552 casos de maestros que cobraron simultáneamente en dos entidades distintas, gracias al “don” de ubicuidad.  Por ejemplo, en Coahuila, según el documento, hay 81 superprofesores que cobran más de 100 mil pesos, aunado a un “pequeño” ejército de comisionados que registró 610 beneficiados. ¿Quiénes son esos comisionados? ¿Qué hacen esos 81 superprofesores? Asimismo, prácticamente todos los estados presentaron desfases, algunos muy visibles, como en el DF y el Estado de México, entre las plazas autorizadas y las plazas pagadas. 

Otro ejemplo que refleja el desorden administrativo según el estudio, es el desvío de recursos públicos y el manejo discrecional de las plazas, como la existencia de trabajadores asignados a plazas inexistentes en preescolar y primaria. Coahuila, junto los estados de Morelos y Tabasco, fueron los que más asignaron trabajadores a plazas inexistentes.
Así, lo que alarma no son las excepciones que conocimos esta semana con los profesores narcos, sino el desastre institucional con cargo a los contribuyentes. Porque al final, lo que tenemos es una educación que lejos de contribuir al desarrollo, se ha vuelto una brecha para la desigualdad.

Subsidio al transporte en Torreón

En la semana, el alcalde Eduardo Olmos anunció un subsidio de 20 millones de pesos al año, para apoyar a estudiantes, personas discapacitadas y de la tercera edad para el transporte. La propuesta tiene sentido, sobre todo, sí conocemos que las personas de bajos ingresos son las que más gastan parte de su salario en la transportación cotidiana. Cálculos del IMCO estiman que hasta un 52 por ciento del ingreso es destinado a pagar transporte. El programa se aplicará el año que entra, sin embargo, apoyos de esta naturaleza, corren el riesgo de abusos o malos destinos. En su momento, la “Tarjeta de la gente”, (ahora del Hogar), fue objeto de abusos e irregularidades millonarias. Lo menos que se puede esperar es transparencia, reglas de operación claras y eficiencia.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

A Pan y agua (diez años con el PAN)








Regresé a las páginas de ese provechoso libro, El Antiguo régimen y la revolución, de Alexis de Tocqueville. El momento lo exigía y acaso, parecía que leía sobre el México actual. Comparto un breve párrafo: “La única diferencia esencial entre una y otra época es la siguiente: antes de la Revolución, el gobierno sólo podía cubrir a sus agentes recurriendo a medidas ilegales y arbitrarias, en tanto que después ha podido legalmente permitirles violar las leyes”.

Y sí, pareciera que Tocqueville no sólo se refería a la república francesa y los tiempos posteriores a la revolución, sino al México del presente. Desde luego que esto no es así, pero las observaciones de Tocqueville son útiles en tanto observador de una sociedad en cambio y permanencia. Por eso, esta semana que el PAN cumplió diez como gobierno al frente de la presidencia, conviene regresar a sus páginas para preguntar: ¿Cuál ha sido el saldo? ¿Qué tanto avanzó el país bajo el sello de los gobiernos panistas? ¿Hasta qué punto cambió la política en relación a los tiempos del partido único?
Sin lugar a dudas, lo más destacado en la década panista es la estabilidad de las grandes cifras. Un manejo del déficit público razonable, reservas internacionales notables que incluso, aguantaron los vaivenes mundiales del 2009. También se reconoce la estabilidad en la paridad peso-dólar, un promedio de inflación del 4.4 por ciento, muy por debajo del 22 por ciento con Zedillo, el 15 con Salinas. Por otro lado, la introducción de la transparencia y el acceso a la información, con todo y los obstáculos que la dificultan, representan aspectos valiosos de los gobierno panistas de Fox y Calderón. Sin embargo, el balance general, a pesar de los reconocibles logros, es decepcionante porque lo sustancial permaneció igual. Una economía estable que no crece, o sólo genera riqueza para una minoría. Dicho en otras palabras, no sólo de democracia vive el hombre, sino del bienestar económico que lo sustenta.

Pero la decepción fue esencialmente política, porque lo cambios que el PAN estaba llamado a hacer no los entendió, no pudo hacerlos o no los quiso realizar. Al final, el blanquiazul encontró “agradable” y muy cómodo el estado de cosas establecido en el viejo régimen. Por lo mismo, no cambió e incluso, terminó acrecentando los vicios, las corruptelas, los arreglos como en los tiempos del autoritarismo. En el mejor de los casos, fue una mala copia del PRI. Del “no nos falles” en el 2000, los votantes han pasado al rechazo del panismo en las elecciones locales y nacionales. Hay alternancia también.

El domingo pasado, Calderón festejó los diez años de gobiernos panistas advirtiendo, como quien mira al abismo, que regresar al pasado es corrupción y pobreza. “México no se merece quedar parado a la mitad del camino y mucho menos regresar a lo antiguo, a lo autoritario, a lo irresponsable”. ¿Lo antiguo? ¿Lo autoritario? ¿Lo irresponsable? Calderón habló para los suyos, con la “magia” que implica un encuentro interno de partido.  Afuera, lo antiguo, lo autoritario, lo irresponsable fue adoptado y reproducido en tantos espacios donde el PAN no fue la diferencia, sino la similitud.

La gente no vive en el pasado, sobre todo, cuando el presente es incierto para millones de mexicanos, o para otros tantos que no viven de la política. Por eso resulta inútil la melancolía, como sugirió esta semana Jesús Silva-Herzog Márquez. Porque quizás, la mayor deuda del panismo como actor central de la alternancia, fue la justicia, la rendición de cuentas. En contraparte, los incentivos a la impunidad permanecieron como en el antiguo régimen y rápido, la intenciones por desmontar lo anterior, se hicieron agua. 

¿WikiLeaks en Torreón?



 




¡Vaya sacudida internacional! La que volvió a provocar el sitio de Internet dedicado a difundir cientos de miles de documentos. La publicación de los cables diplomáticos emitidos por el gobierno estadounidense, ha revelado no sólo chismes, sino la naturaleza de la diplomacia.  
Julian Assange, fundador de la web, es un pirata ultramorderno, un anti James Bond que ha llevado al extremo la transparencia. En Torreón cientos de solicitudes de información realizadas por un grupo de laguneros interesados en la transparencia, están apuntando a un WikiLeaks local. ¿Le interesa saber cómo nuestro gobierno gasta los impuestos? ¿De qué manera toma las decisiones? ¿Y si los millones que gasta tienen un razonable beneficio social? Hay un buen ejemplo para impulsar. 

Ética para Amalia

Las manos del poder...
Quizás mañana ya nadie se acuerde de ellos, salvo algún inoportuno memorioso. Pero nuestros gobernadores o ex gobernadores, llámese Ulises Ruiz, Mario Marín, Emilio González o el nombre que usted complete, gozan hoy por hoy, la mejor posición del sistema político en México. Ejercen recursos millonarios a discreción, mueven y remueven las piezas en sus estados e incluso, aunque se demuestre corrupción, desfalco al erario o abiertamente violaciones contra los ciudadanos, ellos siguen ahí, incólumes, intactos.  Son, sin lugar a dudas, los mayores beneficiarios de la alternancia en México a partir del año 2000, cuando el PAN logró romper el monopolio político del PRI. Por eso, se puede identificar un paradigma de impunidad en el ejercicio del poder público.

El escándalo de la semana, si se puede decir de una manera, tras ventilar las cuentas de Amalia García, ex gobernadora de Zacatecas por el PRD, reafirma lo que tiempo atrás se asomó en su administración: contratos en beneficio privado, sobrecostos en obra pública, irregularidades millonarias en la construcción de las nuevas oficinas de gobierno, y ahora, un presunto faltante por más de mil millones de pesos. Hasta aquí, nada que no se repita dentro de paradigma de impunidad imperante en gubernaturas, presidencias y otros cargos públicos. 

En Zacatecas recién se dio la alternancia a un gobierno priista, a cargo del gobernador Miguel Alonso Reyes. Allá la Contraloría interna encontró irregularidades y tiene la posibilidad de llamar a cuentas a la gobernadora saliente. ¿Lo hará más allá de lo mediático o repetirá el paradigma no escrito de protección a funcionarios? El nuevo gobierno tiene la posibilidad de cambiar ese paradigma. Mucho bien haría a la rendición de cuentas, a la justica y a la confianza de los ciudadanos, pero no es, ni ha sido costumbre de ese partido y de otros, romper con las prácticas del “antiguo régimen”. El mejor caso de comodidad con el pasado fue el PAN tras su conquista de los Pinos.

Antes bien, la defensa por escrito de la ex gobernadora Amalia García, revela esos acuerdos, esas prácticas. Su indignación proviene porque el gobierno en turnó mostró las huellas de su administración: “se falta a la ética al dar a conocer, y con interpretaciones dolosas, juicios sumarios sin haber concluido el procedimiento”. Desde su óptica habría sido ético no dar a conocer que falta solventar por ahí, la friolera de más de mil millones pesos. Lo lógico en transiciones entre un mismo partido, es ocultar los desfalcos del anterior gobernante.

Es difícil pensar en la posibilidad de la rendición de cuentas. Lo dudo de Rafael Moreno Valle, quien encabezó la alianza para sacar al ilustre gobernador Marín de Puebla. Sobre todo, por estar asociada dicha alianza, a la omnipresente Elba Esther Gordillo. Pero acaso, una modesta esperanza surge en Oaxaca ante la posibilidad de que Gabino Cué sí tome en serio la responsabilidad de su triunfo y materialice las demandas de justicia. Allá, las huellas del prócer Ulises Ruiz, apuntan a una situación similar a la expuesta en Zacatecas: obras públicas repartidas entre los funcionarios del propio gobierno, sobrecostos, obras sin concluir pero sí finiquitadas en la tesorería, placas y concesiones “desaparecidas”, y por supuesto, un secretario de Finanzas, asociado a un desfalco por más de mil millones de pesos. 

A pasar a la alternancia en el poder y a la pluralidad de los gobiernos, la esencia del viejo régimen no despareció, por el contrario, se fortaleció a tal grado, que si antes, el poder central del presidente solía ser un balance, ahora es un actor más. A diez años de la alternancia, quienes realmente fueron los ganadores de la pérdida del poder presidencial, no fueron los ciudadanos, sino los gobernadores. 

¿Cuántos Don Alejos más?



 





La profunda dignidad de Don Alejo Garza Tamez me recordó las viejas historias que nuestros abuelos vivieron entre el siglo XVI y el XIX en el extenso, agreste y difícil noreste mexicano.  Sin embargo, la historia de este héroe del siglo XXI, muestra los extremos,  sobre todo, la incapacidad del Estado para defender a sus ciudadanos. Cuando el Estado no puede, entonces surge la autodefensa, la ley del más fuerte. Y ahí sí, la vida no vale nada, porque entonces hay que morir matando.