domingo, 17 de agosto de 2014

Nueva York en bicicleta


Entre las formas favoritas de conocer una ciudad, está andar en bicicleta. En automóvil hay demasiado tráfico y se va tan a prisa, que es difícil palpar la ciudad. En metro, cuando lo hay, estamos condenados al subterráneo y la aglomeración. Queda finalmente caminar, pero a la larga, las distancias hacen lo suyo con el cuerpo. Bajo un feliz intermedio está la bicicleta. Nos permite andar distancias más largas, pero sin los inconvenientes del automóvil. A diferencia de otras ocasiones, ahora tuve la feliz ventaja de moverme en bicicleta por Nueva York. Gracias al sistema de bicicletas públicas, no sólo tuve otro perspectiva de la ciudad, sino me desplacé de una manera más eficiente. ¿O a ustedes les gusta pasar inútiles horas en el tráfico?
La alternativa de transporte público que tiene poco más de un año en Manhattan y Brooklyn, se inauguró en mayo de 2013, y comenzó con 6,000 bicicletas dispuestas en 330 estaciones. Citibank fue el principal patrocinador del transporte privado con fines públicos. Como visitante, fue sencillo acceder a las bicicletas azules que se han convertido en un visible ícono de la ciudad. Más económico y eficaz que los taxis, las bicis compiten en precio con el metro, 24 dólares y una tarjeta de crédito permiten acceder in situ, al sistema que cada vez gana más adeptos en la ciudad. No hay necesidad de papelería, burocracia o acudir a una oficina. Tan rápido como llegar a una estación para obtener una bicicleta en pocos pasos.
Partimos de una populosa estación de autobuses cercana a Times Square. Una vez liberados los códigos, no lleva más de un minuto tomar la bicicleta y todo listo para pedalear. Prácticamente no hay gran avenida tranquila en Nueva York. Literalmente uno tiene que aventarse entre los conductores histéricos que parece molestarles todo, incluyendo una simple bicicleta que fácilmente los deja atrás. Aunque hay ciclovías protegidas bajo el modelo Copenhagen, donde los estacionamientos de automóviles sirven de barrera a los ciclistas, el resto de las ciclocarriles están integrados a las calles para transitar como un vehículo más.
Citi Bike recomiendan viajes cortos, pero fue fácil recorrer más de cuatro kilómetros desde Midtown hasta Battery Park en el distrito financiero. Como en otros lugares, andar en bici, no obstante el pesado tráfico, nos llama siempre a detenernos en un sitio y otro. Así de fácil. Así de rápido. Ya sea por curiosidad o por antojo, las bicis nos permiten entrever ciertos sabores locales. Llegamos una y otra vez al Soho. En el tránsito, un delicioso restaurante nos detiene en el camino. Con un click en la estación dejamos las bicis para vagar por aquí y por allá. Si bien hay ligeras pendientes, la isla es tan plana, que se facilita el pedaleo de un barrio a otro. Es posible recorrer cinco kilómetros en quince o veinte minutos. Por mucho, más rápido que el promedio de los automóviles parados por un perenne embotellamiento. No obstante de que las bicicletas son pesadas, hay una sensación de ligereza cuando uno transcurre por ese caos vial de automovilistas agresivos y enormes camiones. Al final, la recompensa resulta mayor al pedalear. Ciertos rincones. Cierta arquitectura nos detiene. De alguna manera, la bicicleta nos depara sorpresas y azares. En una tarde calurosa llegamos al impresionante memorial del 9/11. Dos cenotafios aluden a las torres destruidas. El ruido de dos cascadas alimentan perpetuamente los huecos donde antes estuvieron las torres. Al margen los nombres de más de dos mil personas que fenecieron aquella terrible mañana. Dejamos atrás el monumento para descansar en el parque que unos años atrás los indignados tomaron en protesta por la crisis. Repuestas las energías, regresamos con las ganas de comer un gyro en el camino. Hace años lo común era los "hot dogs", pero los kebab y el falafel alimentan con gusto la ciudad.
Otro día más en bicicleta dispuesto a la sorpresa o al encuentro de algún lugar que te guiñe el ojo. Gracias a la renta de bicicletas, mi regreso a Manhattan mejoró por mucho los recorridos en la ciudad. Ágiles, eficientes, divertidos.
POSDATA
Como toda empresa, Citi Bike no es obra de caridad, y ahora requiere más recursos para ampliar su red a otras zonas de la ciudad. Contra los pronósticos, las bicis ha tenido buena aceptación entre los ciudadanos, y ya se anuncian más inversiones privadas.

13 de agosto 2014
El Siglo de Torreón 
http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1026270.nueva-york-en-bicicleta.html

El gobierno, los servicios y los ciudadanos



Percepción, medición, evaluación. Se trata de aspectos mínimos para conocer y mejorar la calidad de un proceso o la entrega de un servicio. De manera similar se mide la política, pero no tanto por las declaraciones, o la imagen artificiosa de un gobierno en los medios, sino por la constancia de los servicios. Más allá de la figura unipersonal del hombre público, son las acciones que en el día a día, muestran la calidad del gobierno.
Recientemente el Inegi entregó los resultados de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG, 2013), la cual divulga información en relación a la calidad y satisfacción de los ciudadanos con los servicios públicos del gobierno. Con seguridad el asunto de una encuesta para medir la calidad gubernamental no es una novedad. En cambio, lo que sí aporta este estudio es una medida nacional de lo que piensan los ciudadanos sobre los servicios que brinda los gobiernos en México. Otro aspecto relevante del estudio, es la publicación periódica de los resultados por entidad federativa.
Siguiendo la tendencia de otras evaluaciones aplicadas por organismos internaciones como la OCDE con su estudio "Value for Money in Government", donde mide la calidad de los servicios para los ciudadanos, el Inegi muestra resultados comparables. En el mismo sentido, Estados Unidos aplica la evaluación "National Citizen Survey", la cual permite evaluar comparativamente la satisfacción ciudadana sobre servicios públicos municipales. Por su parte, el gobierno de Canadá realiza la encuesta "Citizens First", la cual mide los niveles de satisfacción que reciben los ciudadanos.
En el caso de México, algunos servicios públicos evidencian resultados decepcionantes, pero en cambio, hay otros que son calificados aprobatoriamente. Vayamos por partes. El resultado general como país es reprobatorio. 49% calificó como satisfactorios los servicios públicos que se otorgan en el país. Sin embargo hay contrastes. Por ejemplo, el servicio de energía eléctrica en los hogares, obtuvo una satisfacción de casi 8 de cada 10 ciudadanos. 62% declaró estar satisfecho con la educación pública básica. El servicio de agua potable, uno de los más básicos para la población, fue calificado con 57% de satisfacción entre los ciudadanos. En cambio, la queja perene sobre el pavimento en las calles, obtuvo un bajo nivel de satisfacción de 21%.
En las ciudades del país tenemos una carencia importante de espacios públicos como parques y jardines, de los cuales sólo 4 de cada 10 está satisfecho con esas áreas. El servicio de recolección de limpieza es uno de los mejor calificados. Prácticamente 7 de cada 10 ciudadanos está satisfecho con la recolección de basura. El alumbrado público fue satisfactorio para 35% de los encuestados en el país. A nivel general la policía sólo fue aprobada por 1 de cada 4 ciudadanos. Visto así, es absurdo que muchas autoridades todavía se indignen porque los ciudadanos reclaman más seguridad. Parece que su problema está con las víctimas del delito y no con los criminales. Hasta la fecha, es lamentable que tengamos policías tan ineficientes y poco fiables en las ciudades.
En los servicios de salud, 52% está satisfecho con el IMSS, la principal institución de salud para los mexicanos. 47% considera que el principal problema del seguro social es el acceso a los medicamentos.
En la encuesta también se preguntó sobre trámites, pagos y solicitudes de servicios públicos. 78% de los ciudadanos se sienten satisfechos, pero no así, con la duración del trámite, que demora en promedio tres días.
Si bien, el estudio muestra bajos niveles de satisfacción y calidad de los servicios que reciben los ciudadanos, el problema mayor no está tanto en la mala calidad de algunos, sino en la corrupción que perciben los ciudadanos en el gobierno, no importa si es federal, estatal o municipal. Para todos los casos, 88% de la población considera que la corrupción es muy frecuente en el gobierno. Entonces, el problema está en la confianza, y sobre todo, en la asociación que se hace, de "gobierno es igual a corrupción". Para el caso, los servicios pueden mejorar, pero la confianza, requiere algo más que calidad y eficiencia del gobierno. Quizá tardemos varias generaciones para percibir que el gobierno en México, no es sólo corrupción.
6 de agosto 2014
El Siglo de Torreón

Odio y discriminación

Con respecto a mi artículo de la semana pasada, Hondura en La Laguna, veo con tristeza cómo hay mexicanos que ven con desprecio e intolerancia a los migrantes centroamericanos. Se trata de una historia conocida de odio y discriminación hacia ciertos grupos extranjeros. En el primer tercio del siglo XX, un buen número de mexicanos, incluido el mismo estado, hicieron una campaña contra los chinos que llegaron al país. 
En menor medida se hicieron campañas contra judíos y árabes, aunque los chinos, acaso por ser más visibles físicamente, sufrieron la peor parte: expulsiones, boicots comerciales, violencia e incluso asesinatos masivos, como sucedió en Torreón durante los sucesos de mayo de 1911. No es casualidad que ayer, como ahora, los migrantes queden descalzos tras la violencia ejercida contra ellos. El 15 de mayo de 1911 en Torreón, quedaron cientos de cadáveres descalzos. La turba de asesinos les quitó los zapatos para buscar ahí dinero escondido. El crimen quedó impune, no obstante que el gobierno pudo identificar a los responsables, por entonces conocidos "revolucionarios".
Ayer fueron unos, hoy son otros. De esa manera el odio cambia de actores y se renueva. Actualmente tenemos violencia contra minorías migrantes que pasan por el país. Tampoco faltan expresiones vergonzosas como decir que los migrantes quitan el trabajo a los mexicanos. O peor aún, que los migrantes, por ser pobres, son criminales que llegan a México. Esas afirmaciones no sólo reflejan viejos odios, sino intolerancia hacia los otros. Eso sí, somos muy "nacionalistas" para indignarnos por el trato que reciben los migrantes mexicanos en Estados Unidos. Ya lo ha dicho el filósofo francés Bernard Henri-Lévy: "El nacionalismo es siempre una tontería, y el nacionalismo étnico, una tontería asesina".

30 de julio 2014
El Siglo de Torreón

Orgullo lagunero


En La Laguna tenemos muchas razones para estar orgullosos, pero la principal es su gente. Luchona, abierta, hospitalaria, y sobre todo, esforzada en salir adelante a pesar las difíciles circunstancias que hemos vivido en los últimos años. Así somos los laguneros, dispuestos al esfuerzo y también al cambio. Con su clima árido y desértico, tenemos puntuales tolvaneras y calor de sobra. Pero a falta de la belleza de otras ciudades, o la benevolencia de otros climas, nosotros compensamos con trabajo y servicio esas carencias. Ya sea por labores o por visita, quienes vienen de fuera de la Comarca, bien dicen que no se sienten forasteros, sino se sienten como en casa.
Quizá esa virtud proviene del origen mismo de nuestras tierras. En buena medida la población de la región se hizo con migrantes de otras ciudades del país como Zacatecas, Durango, San Luis Potosí, Guanajuato, y en menor número, extranjeros que hicieron de La Laguna, su nueva patria. Gracias a las migraciones crecieron poblaciones como Torreón y Gómez Palacio por allá de la década de 1880, cuando el ferrocarril nos resaltó en el mapa nacional. Los laguneros de esa generación hicieron las ciudades con gran empuje, y sobre todo, conscientes de que el futuro estaba en sus manos. No había fatalismo, sino esperanza. Por lo mismo, las primeras empresas que fincaron la riqueza de la región, se nombraron casi como virtudes teologales: La Fe, La Esperanza, La Constancia, La Alianza, La Unión, La Amistad.
Ahora los laguneros comenzamos a salir poco a poco de una dura crisis de violencia e inseguridad. Es algo que se siente y se palpa en las calles. Ahí están los numerosos grupos de ciclistas urbanos que han tomado las calles. Ahí están tantas y tantas asociaciones que vienen haciendo trabajo comunitario. Ahí están las organizaciones civiles ocupadas en cambiar la región. De esa manera tenemos un conjunto de valiosísimos granos de arena que están construyendo otra ciudad. Y es justo la narrativa de esperanza que debemos difundir y acrecentar. Sin lugar a dudas, las adversidades que vivimos en los últimos años, llevaron a los laguneros a organizarse para sacar lo mejor de la sociedad. Como aquellos laguneros de antaño que al cooperar levantaron un puente para unir Torreón con Gómez Palacio y Lerdo, los de ahora nos demuestran que a pesar de las dificultades, es posible salir adelante.
Esas historias que ahora estamos construyendo, son motivo de esperanza, y sobre todo, de orgullo. Orgullo de nuestro pasado de lucha. Pero más orgullo por su gente. Por lo mismo, celebramos que un grupo de importantes asociaciones laguneras conformaron "OrguYo Lagunero", una asociación que se ha propuesto resaltar la identidad y el orgullo entre los laguneros. Hoy, más que nunca los necesitamos.

30 de julio 2014
El Siglo de Torreón

El drama al cine






Películas como La jaula de oro (2013) de Diego Quemada, o La vida precoz y breve de Sabina Rivas (2012) dirigida por Luis Mandoki, muestran con bastante realismo, el drama de los migrantes centroamericanos que en su paso por México, son agredidos por los mismos mexicanos.

Honduras en La Laguna

La historia humana es migración: tránsito. Casi no hay episodio donde las migraciones no intervengan. Grandes desplazamientos, oportunidades económicas, guerras y conflictos violentos motivan las migraciones. En La Laguna lo sabemos bien, que hacia finales del siglo XIX se volvió un notable polo migratorio de nacionales y extranjeros gracias a la riqueza económica de la región. Acaso por lo mismo, entre los laguneros todavía subsiste un grato espíritu de hospitalidad hacia los foráneos. Decimos y con razón, que aquí nadie se siente de fuera.
Pero las migraciones cambian y también evidencian los problemas de otras sociedades. Entre Palestina e Israel se repiten los odios irracionales que llevan a miles a migrar a otros países de Oriente medio. Más cerca de nosotros, el drama de la migración se ahonda entre los migrantes centroamericanos que transitan el país rumbo a los Estados Unidos. Pero no todo es motivado por una promesa económica. Los migrantes centroamericanos también huyen de la violencia entre sus mismos habitantes. 

Bandas y pandillas han extendido un terrible negocio de extorsión entre familias pobres de Guatemala, Salvador y Honduras. Es la degradación que refleja la ausencia estado, ahí donde el gobierno es "un decir". Recientemente en los Estados Unidos se reconoció que existe una "crisis humanitaria" por la migración de miles y miles de niños que intentan cruzar la frontera. Tan sólo en el Valle de Texas, unos 170 mil inmigrantes llegaron en los últimos siete meses de 2014, de los cuales, se calculan 50 mil niños, que muchas de las veces viajan solos. Con todo y lo empático que puede resultar el presidente Barack Obama, se ha convertido en los hechos, en un gobernante que logrado expulsar por miles, a los migrantes ilegales que llegan a Estados Unidos. Por estos días, el gobierno nacional gringo anunció más centros de detención. Pero el gobierno de Texas ha ido más allá, al solicitar el gobernador Rick Perry, 1,000 soldados para tratar de contener los cruces ilegales. Lo cierto es que con todo y muro, las fronteras siguen siendo porosas. Parece el destino de nuestros tiempos: unos luchando por levantar muros y cerrar fronteras, y otros abriéndolas como se pueda. En esa tensión, México es el paso de los migrantes centroamericanos, que en su camino, son maltratados, robados, extorsionados e incluso asesinados, cómo sucedió en aquel triste lugar de San Fernando, Tamaulipas. ¿Pero qué puede hacer uno cuando sabemos de esos problemas? ¿Cómo podemos ayudar a quienes van de paso? Aunque es fácil caer en la indiferencia, siempre hay formas de colaborar con nuestro granito de arena.
El sábado pasado, gracias al colectivo de ciclistas mujeres, Bicionarias Laguna, visitamos la Posada del peregrino que pertenece a Cáritas de Torreón. De esa manera, los ciclistas que participamos llevamos alimentos, ropa y hasta calcetines. De viva voz conocimos el importante trabajo de la Posada del peregrino para dar alberge a los migrantes que transitan por nuestra región. Nos enteramos cómo en su paso por México, muchos centroamericanos son asaltados por bandas criminales, e incluso, por autoridades que abusan de los migrantes. Los despojan del poco dinero que llevan, e incluso, como nos narró un migrante hondureño, lo primero que les quitan son los zapatos. Proveniente de Honduras, nos platicó que lleva un mes viajando desde que salió de su país y que su estancia en la Posada del peregrino, fue por mucho, el mejor descanso que ha tenido en su tránsito hacia el sueño americano. Una cama limpia, comida y descanso le han permitido recobrar energías hacia su difícil paso.
Pita Campa, entusiasta de los paseos ciclistas de @BicionariasLag y directora del Banco de Alimentos de Cáritas, nos explicó que diariamente llegan 40 migrantes a la Posada del peregrino en busca refugio, alimento y descanso. El lugar tiene una capacidad para 96 personas que pasan en promedio tres días y continúan con su paso. Gracias a la digna labor de la Posada, los migrantes reciben tres comidas, ropa limpia y atención médica. Algunos han llegado enfermos, otros mutilados por el ferrocarril. No obstante las vicisitudes que viven los migrantes, en La Laguna tienen un digno espacio que los conforta en su camino. Gracias a la Posada del peregrino por compartir esta experiencia de dignidad a la cual podemos sumarnos.
El Siglo de Torreón
23 de julio 2014
http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1019228.honduras-en-la-laguna.html

Ciudadanos ¿quiénes son?


Gustosos por el mundo de las apariencias, culpamos de los problemas públicos a la minoría en el poder. El juicio tiene razón en buena parte, pero también está incompleto. Aunque, tampoco faltan razones para las condenas, los reproches, las decepciones y hasta los golpes. Hace algunos años, en la "plenitud del poder" Silvio Berlusconi fue golpeado por un ciudadano en la calle. Tanto hartó il cavaliere que terminó ensangrentado.
En esa narrativa, parece que los únicos responsables de la vida pública son los políticos. En México hemos construido un discurso sobre la culpabilidad de nuestros males públicos. Por lo tanto, el principal blanco está en los políticos, ¡y vaya que sobra razón! Pero algo más grave oculta el señalamiento, cuando los ciudadanos en la responsabilidad pública, se excluyen como si fueran de otro mundo. Siempre los otros son los culpables.
Como hombre público, el político podrá encarnar todos los males señalados por los ciudadanos, pero, si de algún lado sale el político es de la sociedad misma. Entonces, más que sorprendernos sobre los políticos, habría que ver antes a los ciudadanos. Sin duda alguna, para comprender nuestra vida pública, hay que ver más que a los políticos, a los ciudadanos. ¿Quiénes son?
Recientemente se publicó un extenso y bien explicado estudio sobre las prácticas de los ciudadanos en el país. Promovido por el entonces IFE, el Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México (2014, 277 páginas), es una investigación que muestra prácticas compartidas entre los mexicanos. La relevancia del Informe está en la aportación de datos puntuales sobre valores, percepciones y prácticas ciudadanas. En pocas palabras, la manera en que hacemos ciudad de manera cotidiana.
El primer dato que salta a la vista es la enésima confirmación de que los mexicanos desconfiamos de las instituciones públicas. Por ejemplo, una de las fortalezas en las democracias consolidadas, es el estado de derecho, pero muchos ciudadanos en México (66%), considera que la ley se respeta poco o nada. ¡Así ni cómo! La desconfianza en la ley es un círculo vicioso que reproduce a su vez otras prácticas. Cuando algún ciudadano es víctima de un delito, la respuesta más común es no denunciar. 6 de cada 10 no denuncian por tres razones: No sirve de nada (63%); falta de confianza (52%), y malas experiencias en el pasado (40%). Aunque ahora el gobierno envía a la cárcel a las llamadas autodefensas que no se alinean con su política, el surgimiento de grupos que toman la justicia por propia mano, parece producto de las mismas prácticas que tenemos como sociedad. ¿Habría que sorprendernos?
Votar no es la única forma de participación ciudadana. Es sólo una parte. Así lo preocupante no es sólo el abstencionismo que suele otorgar un cheque en blanco a los gobernantes, sino el pobre nivel de vida comunitaria. En otras palabras, los mexicanos somos poco unidos para las causas en común. La mayor asociación se da entre los grupos religiosos, ahí, sólo un 20% de mexicanos participa. 18% forma parte de alguna asociación de padres de familia. 14% participa en algún grupo deportivo. 11% está en un partido político. Casi 7% asiste a reuniones vecinales en su colonia. En términos generales, no hay un amplio interés en los asuntos comunes, pero sí lejanía. Allá que lo hagan otros dirán.
De acuerdo con el estudio, "el reto de fortalecer la vida comunitaria en México es tan grande como importante en la consolidación de su democracia. Aunque en las últimas décadas ha sido testigo de la institucionalización de elecciones libres y justas, México tiene todavía un desafío pendiente en la generación de una cultura cívica más vibrante y comprometida."
Somos una democracia en busca de ciudadanos. 53% de los mexicanos apoya la democracia como forma de gobierno. A 8% le da lo mismo, y al 23% preferiría un gobierno autoritario. Nunca falta quien extrañe a Díaz Ordaz.
Pero no todo está perdido. Confiamos en el ejército, en los maestros y todavía en la iglesia, no obstante los pederastas. Desconfiamos eso sí de los diputados, que están en la escala más baja de descrédito. Le siguen los partidos políticos, con un 19% de confianza. Y las policías, con un 32%.
Mucha responsabilidad tiene el gobierno con sus resultados, pero más responsabilidad tiene una ciudadanía tan poco comprometida con su comunidad, con su espacio público. Al final del día, no nos sorprendamos por lo que reflejan los políticos de sus ciudadanos.
16 de julio  2014
El Siglo de Torreón 

Coahuila, romance con el PRI

Las elecciones del domingo pasado expresaron sin ninguna duda el romance de los coahuilenses con el PRI. Imposible negarlo. Con algunas excepciones, que más bien parecen errores temporales como las alcaldías de Saltillo y Monclova, el PRI es el partido de Coahuila por excelencia. No hay otro. Aquí el tiempo no ha pasado y la alternancia es una broma de mal gusto. El "carro completo" ratifica el fin de la oposición en el estado, pero también, la clara preferencia al PRI de los Moreira. Porque no importa qué pasó, así sea la deuda o lo que sea, el electorado ya se pronunció: queremos a los Moreira por sobre todas las cosas.
Al mismo tiempo, la aplastante victoria del PRI demuestra la aprobación de los electores al actual gobierno estatal. Es cierto que hay malestar y bajas calificaciones, es cierto que la deuda es un tremendo lastre negativo, pero más cierto es el romance de los ciudadanos con el PRI. No busquemos complejas explicaciones, ni tampoco hagamos viscerales descalificaciones. Coahuila es del PRI y de nadie más. Pero ese poder no emana de los políticos por sí mimos, sino de los ciudadanos que así lo decidieron. Otros culpan al abstencionismo y repiten que 6 de cada 10 electores no salió votar, pero ese abulia no le quita al PRI la capacidad de tener y saber conservar el poder. Si algo mostraron los resultados del domingo, es que el PRI podrá estar mal, pero no basta con que así sea para que los ciudadanos los castiguen.
Nuevamente habrá quien descalifique a los priistas, pero el PAN ni siquiera es opción. ¿Más claro? La mayoría de los ciudadanos despreciaron las elecciones, sin embargo, quienes votaron parecen haber electo al menos peor. En esa lógica, el electorado fijó una clara respuesta: preferible votar por quienes ejercen el poder, que por pusilánimes jugando a las elecciones. Al PRI podrá reprochársele la deuda y su encubrimiento, pero no su inacción. Por puro contraste, veamos a los panistas: ¿Quién quiere elegir a quien nada ha hecho en el camino? Como si fuera una sorpresa, los panistas descubrieron que las elecciones no se ganan en dos meses. Tal vez para la siguiente, lo vuelvan a descubrir.
Hace años, cuando el PRI bajo Moreira I logró "carro completo", algunos advertimos sobre los peligros de entregar un cheque en blanco a un solo partido. Igualmente argumentamos la necesidad de contrapesos a fin de evitar la concentración del poder. Pero el resto de la historia ya la conocemos y también el vano argumento de la crítica. Ahora que el electorado se volvió a manifestar, la crítica no sólo sobra, sino es inútil. Después del domingo los electores coahuilenses nos acaban de demostrar sobradamente que las elecciones son un borrón y cuenta nueva. Es la maravilla de los comicios. Qué hubo deuda: no importa. Qué hubo corrupción: no importa. Lo importante es que el PRI ganó y arrasó.
A partir de ahí, quizá habrá que rectificar unas serie de malentendidos. Menciono el principal: la deuda. A decir del electorado, la deuda es lo mejor que le ha sucedido a Coahuila en los últimos años. Se contrató mal, pero las intenciones fueron las mejores, y ahora los coahuilenses reconocen sus beneficios. Por otro lado, el gobernador Rubén Moreira es, a decir de los electores, uno de los mejores gobernadores de Coahuila. La deuda es peccata minuta. Con el tiempo y las futuras elecciones, es posible que Moreira II se vuelva el mejor. Los señalamientos que se hicieron en el pasado, son sólo incomprensiones hacia el gobernador. No obstante, el electorado se ha encargado de refutar a los críticos. Al fin los votos le dieron la razón.
De esta manera, es tanta la unanimidad que todas las posiciones las ganó su partido. En Torreón, si había dudas con el alcalde Miguel Ángel Riquelme, las elecciones del domingo se encargaron también de despejarlas. Insisto, el electorado no se equivoca y ya apuntalan al lagunero como candidato a gobernador. Con el aval de las elecciones y los coahuilenses que sí votaron, ya sólo hay un camino en Coahuila: el PRI.
9 de julio 2014
El Siglo de Torreón 

Campañas


Y si usted pensó que todo este asunto de Torres prófugo va a impactar negativamente en las campañas del PRI. Agárrese, ya que desde hace tiempo el PAN renunció a la oposición. Simplemente les pasó de noche. Francamente no veo para qué quieren llegar al Congreso local, si ni siquiera como candidatos son capaces de articular un contrapeso. Mejor no la podía tener el PRI.

Sarkozy al banquillo


Otrora poderoso presidente de Francia, ahora las autoridades detuvieron a Nicolás Sarkozy por la presunción de tráfico de influencias. Se puede decir que es un asunto político para evitar que vuelva a competir en las elecciones, pero lo cierto, es que los políticos en Francia no son intocables e impunes. ¡Como México no hay dos! Acá tenemos a expresidentes que quebraron el país, y ahora escriben libros. Ni qué decir de exgobernadores prófugos de la justicia gringa como Jorge Torres en Coahuila. Ni quien los llame a cuentas, ni quien los moleste. Pura impunidad.

Con Robben y sin Robben

Fuente foto: http://www.sportskeeda.com/football/fifa-world-cup-2014-netherlands-winger-arjen-robben-apologizes-diving-against-mexico

Es bueno darse tiempo para hablar, como dice un célebre futbolista, sobre lo más importante de lo menos importante: el futbol. Imposible por estos días ser indiferente al mundial de Brasil, cuando los países en la cancha mueven pasiones. Para el caso, siempre es preferible una disputa simbólica en la cancha, que una guerra entre países. Por lo mismo, nada mejor que un mundial para desfogar las pasiones y los conflictos. Quizá, lo que una sociedad no alcanza como país, lo puede lograr en la cancha. De esa manera, Uruguay puede echar a Inglaterra, Chile vencer a España y Costa de Marfil a Japón. Desde el subdesarrollo, Argelia puede superar a la potencia económica de Corea del Sur. Así, la cancha es una puesta al día de la historia. Un borrón y cuenta nueva para empezar desde cero. Olvidados los agravios de la Segunda Guerra Mundial, Alemania vence a Estados Unidos. Ya tendrán tiempo de encontrarse en otro mundial.
Además de gran negocio, el futbol dirime diferencias. Como espectáculo no me interesa, pues deja mucho que desear. En cambio, sí me interesan los efectos que genera. Las pasiones, las filias y las fobias alrededor del balompié. El ánimo que ronda entre la gente. Los rituales, las emociones, los sueños. ¡Y todo por un balón! No sé hasta que punto los equipos reflejen a sus país, pero sin duda, algo indican de lo que son. En ese sentido, el juego entre México y Holanda parece dibujar algunos rasgos de ambos países.
En su larga historia de mundiales, México es Prometeo encadenado. Cada cuatro años, quitando a los "cachirulos" de por medio, la convocatoria de un nuevo mundial renueva la esperanza en los mexicanos. Ahora sí, nos decimos a nosotros mismos. Pero la esperanza no pasa de octavos de final, entonces, otra vez a sufrir con el eterno retorno. Cual mito griego, no preguntamos sobre el origen del mal. ¿Dónde está la falla? ¿Dónde el problema que nos impide avanzar? ¿Quién tiene la culpa de nuestros pecados?
Cegados ante la crítica, el mal siempre proviene de afuera. Nuestros jugadores son inmaculados, pero el árbitro no. Así, una forma de justificar la derrota ante Holanda es trasladando la culpa al árbitro. No hay más, porque México no puede estar equivocado. En palabras de Céline, todos son culpables excepto yo. De esa manera, durante un juego de futbol, el mejor chivo expiatorio siempre será el árbitro. Amo y dueño del destino. Después de Brasil y Croacia, tanto soñamos en el transcurso de los días, que los comentaristas hicieron del clima, una ilusión a favor de México. Hay quien ve milagros aquí y allá.
Profetas del deporte, los "intelectuales" del futbol auguraron que el calor afectaría a los holandeses. Según los meteorólogos de la cancha, la temperatura ayudaría a México, no su juego, ni su nivel de futbol, ni la concentración del equipo. Casi vencer a los holandeses por cansancio. No obstante, con Robben o sin Robben, Holanda demostró las consistencia de su equipo. No es un casualidad, ni tampoco un capricho atmosférico. Sino trabajo constante.
Para consuelo de nuestro país, lo mejor de México en el mundial no fue su selección, sino su entrenador, Miguel Herrara. El Piojo logró el concenso indiscutible de la mediósfera mundial. Si por imágenes vamos, desde hace días los mexicanos conquistamos el mundial con las caras de su entrenador. ¡Vaya torneo!

El Siglo de Torreón
2 de julio 2014
http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1012027.con-robben-o-sin-robben.html

Signos de la política

De un lado y de otro los ejemplos abundan. Gobernadores que desfalcaron a su estado. Gobernadores que se aliaron al crimen. Gobernadores que gobiernan contra los ciudadanos. Los ejemplos nos parecen comunes, porque ya no encontramos asombro. Tanto se repitieron los escándalos, que al final terminaron por no hacer ruido. Tras la década de la alternancia, comprobamos que los de entonces, resultaron una mala copia de los de antaño. Mucho nos dice de la política el comportamiento de los hombres públicos, pero más nos dice, el comportamiento de los ciudadanos. Al final del día, son las prácticas ciudadanas las que reflejan a los odiados hombres del poder.
Como signo de la política, la renuncia del gobernador Fausto Vallejo, cerró un infausto gobierno. Vallejo ganó la gubernatura de Michoacán en 2011 y asumió el poder al año siguiente. A partir de entonces, la ausencia fue una constante de su gobierno. A los tres meses solicitó licencia del cargo por motivos de salud, y así se la pasó: renovando licencia tras licencia. Vallejo nunca asumió el poder y le dejó el cargo como "gobernador interino" al secretario de gobierno, Jesús Reyna García. En abril de este año, el interino fue detenido por sus nexos con el crimen organizado. Con desgana, Vallejo tuvo que regresar sólo para comprobar la miseria de su gobierno. Mientras tanto, Michoacán seguía en jaque por los criminales y la creciente presión de las autodefensas.
El gobierno de Enrique Peña Nieto no optó por la vieja fórmula priista de quitar a los gobernadores, sea la causa que fuera: corrupción, rivalidad política, disgusto. Mejor sustituyó por los hechos al gobernador. De esa manera nombró, en enero de 2014 a Alfredo Castillo gobernador de facto, bajo el eufemismo: "Comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán". Pero a Vallejo no lo tumbó su ineptitud, ni tampoco su irrelevancia política en el estado, sino la fotografía de su hijo con un prominente criminal. La imagen se difundió el 14 de junio y cuatro días después Vallejo dejó la gubernatura. Así sin más, sin investigaciones, sin un llamado a cuentas por las relaciones con el crimen. Simplemente dejó el cargo, como quien dice, "ahí muere". Lo significativo de los infortunios de Vallejo, es el "borrón y cuenta nueva" que aplicó el reformista gobierno federal. Dicho de otra manera, la corrupción de un gobierno no sólo fue perdonada, sino además se dejó intacta, con tal de que político en turno se fuera del cargo. Al final, lo de Vallejo parece más un problema de imagen pública para el Gobierno federal, que de corrupción al más alto nivel.
Por mera circunstancia un caso coincidió con otro, pero con la diferencia de que el gobierno no es mexicano, sino estadounidense. Y vaya que los gringos sí toman en serio eso de las leyes y el derecho. Por lo mismo, poco importó que el acusado fuera un político o un criminal cualquiera. Jorge Torres, célebre "hombre de negocios" y exgobernador interino de Coahuila, cubrió en 2011 al inolvidable Humberto Moreira, a fin de que este último pudiera dejar tranquilo el poder a su hermano, Moreira II. Acusado de lavado de dinero por transferir 2.7 millones de dólares de una cuenta en el banco JP Morgan Chase en Texas, a otra en el banco Old Mutual de Bermudas. ¡Todo un paraíso!
Al principio, Torres intentó defenderse y trató de reclamar el dinero incautado, pero al final no pudo solventar esa cuentillla en dólares. En su momento, hasta alegó ser accionista de una empresa cementera, pero los voceros de la misma lo negaron. Así se acabó el shopping en los "Yunites".
Lo interesante del caso, es que Torres fue llamado a la justicia no por el gobierno de Coahuila en relación al megafraude de la deuda, donde hasta la fecha sigue impune su principal responsable: Moreira I. Aquí, ni el procurador Homero Ramos, ni el encargado de la función pública, Ismael Ramos (¡ahora en finanzas!), ni los diputados de entonces (ahora nuevamente candidatos Verónica Martínez y Shamir Fernández), y mucho menos el gobernador Moreira II vieron nada. Eso sí, quedó un enorme boquete de 35 mil millones de pesos.
Mientras en Coahuila y en México estos casos de corrupción se borran y quedan impunes, en Estados Unidos, ya encerraron a Javier Villarreal, operador financiero de la deuda. Recientemente fue la justicia norteamericana quien declaró prófugo a Torres, y al mismo tiempo, la Agencia Antinarcóticos (DEA), publicó la ficha del exgobernador. ¿Qué tan mal estamos acá, que la justicia proviene de otro país? Sin duda, son los signos de la política en México.
CAMPAÑAS
Y si usted pensó que todo este asunto de Torres prófugo va a impactar negativamente en las campañas del PRI. Agárrese, ya que desde hace tiempo el PAN renunció a la oposición. Simplemente les pasó de noche. Francamente no veo para qué quieren llegar al Congreso local, si ni siquiera como candidatos son capaces de articular un contrapeso. Mejor no la podía tener el PRI.

El Siglo de Torreón
25 de junio 2014
http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1009607.signos-de-la-politica.html